miércoles, 19 de enero de 2011

ENSAYO

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL UNIDAD 321
                                     Maestría  en Educación Básica.
Especialidad: Competencias profesionales para la práctica en la Educación Básica
MÓDULO 1. Análisis de la práctica profesional

BLOQUE 2: La mediación pedagógica  y estrategias didácticas para la educación básica.

 ENSAYO:
 Las competencias profesionales, su relación con la RIEB, la práctica educativa, y la función mediadora.


PRESENTA: Lidia Medina Basurto


Pinos, Zacatecas, Noviembre de 2010



INDICE

Índice…………………………….………………………………………………………… 2

Introducción………………………………………………………………………………  3

1.- El enfoque por competencias……………………………………………………….. 4

1.1.- Reforma integral de la educación básica (RIEB)……..…………………………7

2.- Competencias de los profesores (función mediadora, diseño de estrategias para mejorar los aprendizajes)…………………………………………………………7

3.- El rol de los alumnos…………………………………….…………………………..11

Conclusión…………..……………………………………………………………………13

Bibliografía……………………..…………………………………………………………14





INTRODUCCIÓN


 En los últimos años el enfoque en competencias ha irrumpido fuertemente en la educación, tornándose gradualmente en una perspectiva dominante en el marco de las recientes reformas curriculares de los diferentes niveles educativos, (Coll 2008). De acuerdo con este enfoque, los docentes debemos poseer una serie de competencias que nos permitan un mejor trabajo con los alumnos.
Hay que elevar la calidad de la educación para que los estudiantes mejoren su nivel de logro educativo, cuenten con medios para tener acceso a un mayor bienestar y contribuyan al desarrollo nacional.  La principal estrategia para la consecución de este objetivo en educación básica plantea la realización de una reforma integral de la educación básica, en la que se retome la noción de competencias, la cual permita atender los retos que enfrenta el país de cara al nuevo siglo, y coadyuve a lograr una mayor articulación y mejor eficiencia entre preescolar, primaria y secundaria.
Uno de los elementos centrales de esta reforma integral es la articulación curricular entre los niveles de la educación básica;  los criterios de mejora de la calidad educativa deben aplicarse a la capacitación de profesores, la actualización de programas de estudio y sus contenidos, los enfoques pedagógicos, métodos de enseñanza y recursos didácticos.


1.- EL ENFOQUE POR COMPETENCIAS


En un mundo caracterizado por cambios constantes producto de la globalización y el acelerado desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, la educación afronta una serie de retos, algunos de ellos viejos problemas, como el caso de la necesidad de mejorar la calidad educativa, y otros producto de la revolución tecnológica, tales como la necesidad de hacer frente a la cada vez más rápida obsolescencia de los conocimientos. La educación básica en México, conformada por los niveles de Preescolar, Primaria y Secundaria es el periodo de la vida escolar de los estudiantes cuyo propósito fundamental apunta a fortalecer los conocimientos, habilidades, actitudes y valores que favorezcan el aprendizaje permanente a lo largo de la vida.

Uno de los principales retos de la educación está relacionado con la necesidad de garantizar el acceso a una educación de calidad a todos los niños y los jóvenes; para poder lograr esta calidad hace falta que como docentes logremos comprender y apropiarnos de las reformas a los sistemas educativos. En la actualidad en México se lleva a cabo la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) y esta apunta al desarrollo de competencias para la vida en los alumnos de nivel básico, pero para lograr esto se requiere un cambio de concepción y actuación por parte de los docentes sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje además de una innovación en las practicas educativas. 

Si   observamos la evolución del sistema educativo en México en los últimos  años  podemos identificar que la innovación de la educación ha sido un argumento que continuamente se emplea en los momentos de cambio, cuando se establece una nueva reforma, pero considero que se ha creado un supuesto social donde lo nuevo aparece como un elemento que permite superar lo anterior, al hacer las cosas mejores y todo queda en un discurso donde todos “innovamos” y estamos realizando lo que la reforma nos indica, efectivamente, la innovación atiende la necesidad de incorporar elementos novedosos al funcionamiento del sistema educativo pero cabe señalar que muchos docentes se encuentran arraigados en sus prácticas y solo  realizan  lo que les parece mejor y  funciona dentro del aula aunque sean practicas tradicionalistas sin sentido pedagógico, tal vez por el miedo y la resistencia que nos vamos creando ante lo “nuevo”. En el mejor de los casos nos quedamos conformes con que el alumno haga las cosas bajo condiciones de control y precisión o en su defecto la automatización; cuando ya logró tal perfección, por llamarle de esta manera, que no necesita estar repasando todo el proceso, ya se apropió de él y lo hace de manera automática, pero racional por supuesto. El enfoque por competencias, en la actualidad, representa retos importantes para la docencia y el proceso Enseñanza-Aprendizaje, en virtud de que implica el rompimiento con prácticas, formas de ser, pensar y sentir desde una racionalidad en la que se concibe que la función de la escuela es enseñar (acumular saber), para reproducir formas de vida, cultura e ideología de la sociedad dominante, a través de un Sistema Educativo que pondera los programas de estudios cargados de contenidos y la enseñanza de la teoría sin la práctica.

 La reforma en  nuestro caso la (RIEB) solo es el resultado de la evolución impresionante que han tenido las tecnologías, así como de las propuestas que se van elaborando en el ámbito de la educación y de la enseñanza,  consecuencia de los desarrollos de diversos enfoques de investigación en el ámbito de la pedagogía, la didáctica, la psicología, la comunicación, entre otras disciplinas. No obstante los acelerados cambios en los contenidos y formas de enseñanza-aprendizaje, los modelos educativos van a un ritmo diferente que el de evolución de la humanidad. La ciencia y la técnica avanzan y se transforman a ritmo más veloz que la investigación pedagógica, psicopedagógica y humanística en general. Los modelos educativos van por detrás, adaptando y corrigiendo sobre la marcha.

En  el marco de la globalización, el trabajo por competencias que se propone en la RIEB  pretende incrementar el rendimiento educacional y las habilidades laborales en formas nuevas y más productivas, con el objetivo de preparar capital humano de más alta calidad para lograr una mayor competitividad en el escenario mundial.

El desarrollo de una competencia va más allá de la simple memorización o aplicación de conocimientos de forma instrumental en situaciones dadas; es decir,  no pueden desligarse de los contextos de práctica en los que se adquieren y se aplican. Un enfoque basado en la adquisición y desarrollo de competencias generales destacará probablemente la necesidad de enseñar a los alumnos a transferir lo aprendido en una situación concreta a otras situaciones distintas. Los enfoques basados en competencias pondrán más bien el acento en la necesidad de trabajar las competencias cuyo aprendizaje se quiere promover en contextos distintos.
Perrenaud enfatiza que una de las aportaciones más importantes de la perspectiva de las competencias es promover la movilización de la información en el proceso de aprendizaje. Recuerda en primer lugar que este enfoque permite materializar la perspectiva de Piaget sobre la conformación de los esquemas de acción, y al mismo tiempo, se encuentra relativamente cercana al enfoque de aprendizaje basado en la resolución de problemas. Entonces si trabajamos con un enfoque de desarrollo de competencias, los niños deberán poner en práctica una serie de saberes, habilidades, destrezas, actitudes; ya que la mejor manera de observar que  una competencia se está favoreciendo dentro del contexto escolar es en la combinación de estos  aspectos, lo que significa que toda competencia requiere del dominio de una información específica, al mismo tiempo que reclama el desarrollo de una serie de habilidades derivadas de los procesos de información, pero es en una situación problema, esto es, en una situación real donde la competencia se puede generar.
De aquí surge la definición de competencia de acuerdo con el proyecto DeSeCo de la OCDE (2002, p. 8):”Una competencia es la capacidad para responder a las exigencias individuales o sociales o para realizar una actividad o una tarea [...] Cada competencia reposa sobre una combinación de habilidades prácticas y cognitivas interrelacionadas, conocimientos (incluyendo el conocimiento tácito), motivación, valores, actitudes, emociones y otros elementos sociales y de comportamiento que pueden ser movilizados conjuntamente para actuar de manera eficaz”.[1]
Es decir, se considera que el término "competencia"  representa un paquete multifuncional y transferible de conocimientos, destrezas y actitudes que todos los individuos necesitan para su realización y desarrollo personal, inclusión y empleo.
Esta definición reflejan con claridad los matices principales que introduce el concepto de competencia en lo que concierne al tipo de aprendizaje escolar que se desea promover, se refiere a la movilización de los conocimientos. Ser competente en un ámbito de actividad o de práctica significa, ser capaz de activar y utilizar los conocimientos relevantes para afrontar determinadas situaciones y problemas relacionados con dicho ámbito.

1.1      REFORMA INTEGRAL DE LA EDUCACIÓN BÁSICA (RIEB)

El creciente desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, el acelerado cúmulo de información y la omnipresencia de las comunicaciones en el entorno social, contribuyen a que en el ámbito educativo se lleven a cabo las necesarias transformaciones para adecuarse a una sociedad en estado de cambio permanente, con nuevas necesidades y valores. Se ha propuesto un cambio a escala mundial con el fin de garantizar la excelencia educativa y satisfacer las necesidades de la práctica laboral. Éste debe iniciarse desde un marco conceptual que cimiente la consonancia entre los conocimientos, las habilidades y los valores.
La articulación de la educación básica es requisito fundamental para el cumplimiento del perfil de egreso, implica integrar los niveles preescolar, primaria y secundaria como un trayecto formativo en el que haya consistencia entre los conocimientos específicos, las habilidades, y las actitudes y los valores, esto es, del desarrollo de competencias, a fin de sentar las bases para enfrentar las necesidades de la sociedad futura.

La Reforma Integral de Educación Básica (RIEB) implica  la articulación entre los niveles de la educación básica: preescolar, primaria y secundaria, tomando en cuenta el desarrollo de competencias, esto permitirá que cada docente en su nivel de desenvolvimiento reconozca el trabajo de los otros niveles y la forma de articulación de las competencias. 




2.- COMPETENCIAS DE LOS PROFESORES Y SU FUNCION MEDIADORA

En los últimos años los resultados de las evaluaciones nacionales e internacionales como PISA, TIMSS, Excale, Enlace, ENAMS aplicadas a estudiantes y profesores, están siendo considerados como insumos para la toma de decisiones sobre la estrategia a seguir en las políticas públicas, con el objetivo de “brindar a las nuevas generaciones las herramientas necesarias para un aprendizaje permanente a lo largo de la vida, que les permitan desenvolverse de manera competente en la sociedad actual del conocimiento” (SEP, Catálogo Nacional 2008-2009).
En este sentido se observa que la práctica educativa es un elemento de transformación que afecta los resultados de los alumnos y que está sujeta a demandas de mayor complejidad enfrentando retos “relacionados con la competitividad; el carácter multicultural de la sociedad mexicana; las transformaciones al interior de la familia y en las relaciones de género; el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación; así como la incorporación de nuevas teorías pedagógicas y didácticas al ámbito de la educación básica” (SEP, Catálogo Nacional 2008-2009).

La situación actual es dinámica y variada, las escuelas se organizan ahora de diferente forma, en términos tanto de las tareas como de las responsabilidades asignadas a los profesores, el alcance de estos desafíos y demandas y el ritmo de los cambios hacen que la situación actual sea diferente respecto de años anteriores. Los profesores deben ser capaces de acomodarse a continuos cambios  tanto en el contenido de su enseñanza como en la forma de enseñar mejor.

En el momento actual no podemos seguir considerando a los docentes como almacenes del saber y por lo tanto dispensadores omnipotentes del conocimiento.
Desde esta perspectiva se desprende un cambio importante en el papel del docente, que pasará de ser expositor a guía del conocimiento, es decir se está “poniendo en crisis al maestro informador, para dar cabida al educador-animador, al comunicador, al coordinador, al facilitador del aprendizaje, dejando de ser el alumno el receptáculo pasivo de la información para convertirse en el agente- actor del proceso de expresión y comunicación[2], más que centrarse en la transmisión de una herencia del pasado, debe acercarse a la actualización para formar y afrontar escenarios futuros. Los niños, adolescentes y jóvenes necesitan desarrollar habilidades de pensamiento y de acción, actitudes positivas hacia la vida, a través de modelos creativos e innovadores que les permitan saber qué hacer en situaciones variadas, dónde y cómo buscar la información que requieren en cada momento, además de adquirir hábitos de trabajo y convivencia que les permitan colaborar en equipos de trabajo interdisciplinarios. En suma, necesitan desarrollar un pensamiento crítico sustentado en valores, una voluntad recia forjada en virtudes y una afectividad encauzada hacia el amor y la solidaridad en la adversidad.

Como docentes tenemos una misión dentro del aula y en cumplimiento de ella debemos definir cómo llevar a efecto la Intervención Educativa, para ello  aplicaremos los siguientes procedimientos: planificación, organización, mediación pedagógica, operación y evaluación, claro siempre poniendo énfasis en el desarrollo de los procesos cognoscitivos y afectivos de los alumnos,  desafíos y demandas requieren capacidades y conocimientos por parte de los profesores ya que  debiera configurarse como un profesional atento a todas las posibilidades de comunicación que el medio le ofrece, para hacer más adecuado, exitoso y atractivo el proceso de aprendizaje de los alumnos; un profesional que reflexione antes, sobre y después  sus intervenciones, y que pueda ayudar a sus alumnos a “aprender a aprender” en una sociedad cambiante y en constante evolución. Ricardo  Fernández Muñoz hace una comparación entre el modelo de profesor existente que denomina “tradicional o clásico” y el que necesitamos “tecnológico”:


Modelo tradicional o clásico
Modelo tecnológico
1.- El profesor como instructor.
2.- Se pone el énfasis en la enseñanza.
3.- Profesor aislado.
4.- Suele aplicar los recursos sin diseñarlos.
5.- Didáctica basada en la exposición y con carácter unidireccional.
6.- Sólo la verdad y el acierto proporcionan aprendizaje.
7.- Restringe la autonomía del alumno.
8.- El uso de nuevas tecnologías está al margen de la programación.

1.- El profesor como mediador.
2.- Se pone el énfasis en el aprendizaje.
3.- El profesor colabora con el equipo docente.
4.- Diseña y gestiona sus propios recursos.
5.- Didáctica basada en la investigación y con carácter bidireccional.
6.- Utiliza el error como fuente de aprendizaje.
7.- Fomenta la autonomía del alumno.
8.- El uso de nuevas tecnologías está integrado en el currículum. El profesor tiene competencias básicas
en TIC


Hoy día el “protagonista” del proceso educativo es el alumno, y el docente ha pasado a ser facilitador, conductor, animador; los métodos o enfoques pedagógicos preferidos se han definido de formas diversas: aprendizaje mediante la investigación, mediante el  descubrimiento y en clase abierta; la efectividad de las estrategias que determinemos utilizar como profesionales de la educación, puede verificarse a través del grado de progreso experimentado por los integrantes de las instituciones escolares al responder de manera pertinente a las situaciones de aprendizaje planteadas, vale decir, con la posesión de competencias profesionales.


3.- EL ROL DE LOS ALUMNOS

 El centro de la intervención educativa y el referente fundamental de todos los aspectos del desarrollo curricular lo constituyen los alumnos. La RIEB centra su atención en que los alumnos desarrollen sus competencias mediante las situaciones de aprendizaje que les proporcione el docente, para ello es necesario tener presente quiénes son los niños y  reconocer la diversidad social, cultural, lingüística, étnica, en estilos y ritmos de aprendizaje de los alumnos que viven en cada una de las regiones del país como menciona Delors (1996) “La Educación debe facilitar a todos, lo antes posible el pasaporte para la vida, que le permitirá comprenderse mejor a sí mismo, entender a los demás y participar así en la obra colectiva y la vida en sociedad”, es decir,  hay que promover  una educación básica articulada curricular y pedagógicamente.  

 La educación a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares:

 Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente con la posibilidad de profundizar los conocimientos.

 Aprender a hacer, es  una competencia que capacita al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar en equipo.

Aprender a vivir juntos desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia respetando los valores, comprensión mutua y paz.

 Aprender a ser para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal.

Estos cuatro pilares implican que  el aprendizaje no es sólo cognitivo sino desarrollo de aptitudes, capacidades, competencias para hacer, ser y convivir; estos aprendizajes están en función de una vida más plena, con más posibilidades y libertad, para la convivencia y para producir en equipo, para disfrutar del sentido estético, de las capacidades físicas, de lo  espiritual;  el ser, el conocer, el hacer y el convivir se aprenden o se desarrollan y deben orientar las reformas educativas y los programas de estudio.




CONCLUSIÓN

El llevar a la práctica una reforma implica asumir nuevas perspectivas, intenciones de cambio en la dinámica del sector educativo, modificar los mecanismos de desempeño, instituciones, maestros, alumnos, directivos, padres de familia y sociedad en general ya que  es todo esto lo que le da sentido a una reforma.
Las competencias como base de la nueva educación debe tener una orientación que pretenda dar respuesta a la sociedad del conocimiento y al desarrollo de las nuevas tecnologías, las estrategias educativas se diversifican, el docente deja de lado los objetivos tradicionales para sus cursos donde se dictaban conferencias y utilizaban métodos de evaluación cerrados, para dar paso a una figura mediadora y facilitadora donde será necesario dedicar la mayor parte de su tiempo a la observación del desempeño de los alumnos y a la asesoría ya que las acciones educativas se reconocerán a través de las certificaciones. El reto es mayor, pues la educación tradicional se basaba casi exclusivamente en el uso y manejo de la palabra, el copiar, transcribir, resumir, actualmente desde una perspectiva de competencias el profesor tiene que asumir un nuevo rol de docente que enfatiza cada vez más su carácter de acompañante de un proceso de estudio, capaz de estimular cada vez más el desarrollo individual de los alumnos. 


BIBLIOGRAFIA



COLL,  César. Las competencias en la educación escolar: algo más que una moda y mucho menos que un remedio. Ed. Aula Innovaciones educativas

DELORS, Jackes  (1996). La Educación Encierra un Tesoro. España: Grupo Santillana.

FERNÁNDEZ,  Ricardo. Competencias profesionales del docente en la sociedad del siglo XXI

PERRENOUD, Phillipe, La formación de los docentes en el siglo XXI


 [1] COLL,  César. Las competencias en la educación escolar: algo más que una moda y mucho menos que un remedio. Ed. Aula Innovaciones educativas

[2] FERNÁNDEZ,  Ricardo. Competencias profesionales del docente en la sociedad del siglo XXI



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