martes, 18 de enero de 2011

LA MEDIACIÓN PEDAGÓGICA Y SU IMPORTANCIA EN LOS PROCESOS DE APRENDIZAJE

“LA MEDIACIÓN PEDAGÓGICA Y SU IMPORTANCIA EN LOS PROCESOS DE APRENDIZAJE”

La personalidad del individuo es factor importante para determinar un estilo docente. Cuando cada maestro desarrolla su programa y establece relaciones con los niños, ocurre una integración consciente e inconsciente de todo cuanto conoce y sabe, desarrollándose así un estilo personal de enseñanza. El conocimiento que el maestro tenga de sí, de los niños y de sus familias, influirá mucho en el estilo que determine para su práctica profesional. En este proceso de búsqueda se puede tomar como referencia el modelo de los profesores de formación desde el inicial hasta el profesional, pero el objetivo no es que lo repita, sino más bien que sea creativo en establecer su propio estilo teniendo en cuenta su personalidad y experiencia. La práctica pedagógica es el resultado de una compleja articulación e interrelación entre la comunicación profesor-alumno, la orientación hacia el aprendizaje que dicha comunicación tenga, el tipo de conocimientos y capacidades que están siendo puestas en juego, el uso de recursos de información y trabajo, y las reglas de evaluación que se apliquen. En este contexto, el modo tradicional de hacer clases tiene profundas raíces en la cultura escolar y la tradición docente, lo que explica en parte, las grandes dificultades para su cambio.
La diversidad de los estudiantes y de las situaciones educativas que pueden darse, aconseja que los docentes  aprovechemos los múltiples recursos disponibles para personalizar la acción docente, y trabajar en colaboración con otros colegas (superando el tradicional aislamiento, propiciado por la misma organización de las escuelas y la distribución del tiempo y del espacio) manteniendo una actitud investigadora en las aulas, compartiendo recursos, observando y reflexionando sobre la propia practica y buscando progresivamente mejoras en las actuaciones acordes con reforma curricular.
Considerando que el propósito esencial de la política educativa es mejorar la calidad y equidad de los aprendizajes, es indispensable la transformación de las prácticas pedagógicas con que los profesores deben lograr dichos aprendizajes en sus alumnos pues el proceso de enseñanza-aprendizaje que ocurre en el aula es uno de los principales factores que explican los bajos aprendizajes. Es en las “prácticas pedagógicas”  donde se encuentra la mayor dificultad de los cambios educativos que promueve la reforma ya que algunos maestros nos resistimos al cambio.  La modificación de la práctica de los docentes en el salón de clases es el principal problema que afecta la renovación e innovación curricular y metodológica de la reforma.

Indudablemente la función del maestro hoy en día ha cambiado poderosamente, de ser el transmisor del conocimiento, hoy su papel adquiere otras dimensiones: La de mediador y formador. Hoy el centro del aprendizaje es el alumno, el maestro tiene como función la mediación pedagógica entre el conocimiento, el medio y el alumno, es decir el docente solo actúa como un guía y debe estar en el momento en que el alumno lo requiere e ir a su lado en la adquisición del aprendizaje.

Los roles que tiene que desempeñar el profesor depende evidentemente de paradigma o paradigmas dentro de los cuales tiene que desempeñar su labor docente.  La tarea del docente no es la misma en una concepción constructivista que en una concepción reproductora del conocimiento. Su  responsabilidad no es la misma en una perspectiva centrada en el alumno y en su aprendizaje  que en una perspectiva centrada en la enseñanza y en el profesor.  De igual manera, la misión del docente tiene que cambiar cuando se pasa de una consideración estática de la enseñanza a otra dinámica instalada en el cambio y en la innovación como exigencia de calidad.

La mediación pedagógica es un elemento fundamental como parte de las competencias básicas docentes ya que al implementar las clases su rol fundamental  es demostrar con su desempeño que es capaz de ayudar en forma indirecta al alumno a aprender de manera significativa, partiendo de sus conocimientos previos, motivando la construcción del conocimiento, la reflexión y transferencia de lo aprendido, y brindado ayudas cuando el alumno ya no pueda avanzar por sí sólo, además de favorecer la cooperación y un ambiente propicio en el aula.  “La función mediadora de la pedagogía tiende un puente entre el educando y el conocimiento, entre lo que sabe y lo que no sabe, entre sus experiencias y los conceptos, entre su presente y su porvenir, dotando de sentido al acto educativo. El educador es concebido como asesor pedagógico, como mediador que debe facilitar el autoaprendizaje, la construcción de conocimientos, la actitud investigativa y la participación del educando, contribuyendo a que la educación se experimente como una actividad lúdica, creativa y placentera”[1].

La mediación pedagógica del acto educativo implica concebir a los sujetos de la enseñanza y del aprendizaje como interlocutores activos en la búsqueda y construcción del sentido, es decir, en la relación presencial, la mediación puede surgir del trabajo en el aula y depende casi siempre de la capacidad y la pasión del docente, por esta razón  es recomendable que  posibilite a los alumnos invo­lucrarse en tareas de organización de actividades, selección de temas, formas de comunicación e incluso en el establecimiento de las reglas de interacción. Para lograr lo anterior, se sugiere:

·         Ser sensibles, en la planeación de las actividades, a diversas formas de aprendizaje, ritmos, ideas, experiencias y diferentes estilos de relación.

·         Promover la participación de todos los alumnos en el desarrollo de las actividades escolares.

·         Permitir que los estudiantes elijan algunas actividades de manera que se les ayude a identificar sus intereses y a comprometerse con la toma de decisiones.

·         Estimular el intercambio entre alumnos que tienen diferentes niveles de conocimiento, ya sea entre los que cursan un mismo grado o de distintos grados.

·         Facilitar el intercambio de experiencias entre los alumnos, especialmente entre los que hablan otras lenguas además del español.

·         Ampliar la idea de recursos de aprendizaje, considerando el apoyo de compañeros y adultos diferentes al profesor, la comunicación oral, las imágenes, los medios de comunicación y la experiencia extraescolar como valiosas fuentes de información.[2]

El conocimiento de los centros de interés de cada educando, así como sus expectativas y posibilidades, son recursos que el maestro tiene a mano para una orientación personal y para definir metas adaptadas y sembrar nuevas expectativas.  Por lo tanto, es preciso por parte de los docentes, una revisión y análisis desde la mediación pedagógica de cada uno de los medios y materiales que se utilizan para la educación; desde la voz, y el gesto, pasando por el libro, textos, fotocopias, videos, materiales electrónicos, para que verdaderamente acompañen y promuevan el aprendizaje de los estudiantes y contribuyan a su formación integral y a una educación de calidad. Es muy importante también conocer sus características discursivas y sus relaciones con la percepción de los estudiantes.

La profesionalidad del profesor-mediador encuentra un constante desafío en saber identificar y definir las causas de los problemas que entorpecen los procesos educativos. La educación no es un camino lineal, sino tortuoso, lento, que, incluso, exige retrocesos, olvidos y modificaciones profundas. Así pues, la aceptación y la comprensión de las limitaciones de los alumnos ponen a prueba la capacidad de empatía del profesor. El mediador precisa contemplar todo problema desde diversos ángulos. Para ello debe echar mano de su experiencia, de los equipos interdisciplinares profesionales, de los compañeros y de la misma familia, para acertar en expectativas y exigencias sobre cada educando. La dosis adecuada de esfuerzo debe conducir a la experiencia de éxito y a la motivación.

La educación basada en competencias es un enfoque que intenta responder a las exigencias actuales del mundo laboral, preocupándose por formar profesionales capaces de atender a las necesidades que demanda su profesión, ante dicha expectativa el rol del docente se centra en generar acciones didácticas para que el eje rector del proceso educativo sea el alumno. El docente es un factor determinante para la implementación de un nuevo enfoque dado que es quien dirige o media las acciones didácticas para que el aprendiz logre los objetivos, propósitos o competencias en cuestión.  En el marco del enfoque por competencias la mediación pedagógica es un elemento fundamental como parte de las competencias básicas docentes ya que al implementar las clases el rol fundamental del maestro es demostrar con su desempeño que es capaz de ayudar en forma indirecta al alumno a aprender de manera significativa, partiendo de sus conocimientos previos, motivando la construcción del conocimiento, la reflexión y transferencia de lo aprendido, y brindado ayudas cuando el aprendiz ya no pueda avanzar por sí sólo, además de favorecer la cooperación y un ambiente propicio en el aula. La función del docente mediador es un elemento rector para implementar el enfoque por competencias.

La reforma integral de la educación básica (RIEB) está en marcha y existen avances importantes; sin embargo, los ritmos y niveles de comprensión, apropiación y aplicación de la misma varían entre modalidades, entidades, zonas escolares y aun entre planteles, debido a la diversidad de condiciones en que se desarrolla el proceso de implementación. Uno de los propósitos de esta reforma curricular ha sido la transformación y el mejoramiento de las prácticas pedagógicas, orientándolas a favorecer en los alumnos que cursan la educación básica el desarrollo de competencias para la vida; ello implica cambios en las concepciones que por mucho tiempo han predominado acerca de los niños, sus procesos de desarrollo y aprendizaje y, en consecuencia, acerca de lo que corresponde a la escuela hacer para favorecer aprendizajes.

Es necesario entonces, entender que los docentes somos esencialmente comunicadores y problematizadores, y no informadores o transmisores de un saber científico y socialmente establecido, y que, con base en la apropiación conceptual que se tenga de ese saber, es posible la forma de presentación del mismo en el aula de clase.





[1] Francisco Gutiérrez Pérez y Daniel Prieto Castillo  La mediación pedagógica. Apuntes para una educación a distancia alternativa”  Buenos Aires: Ciccus - La Crujía, 1999, pág. 177
[2]Educación Básica. Secundaria. Plan de Estudios 2006,  SEC.  Pág. 48

No hay comentarios:

Publicar un comentario